Las normativas, que fueron elaboradas por el Gobierno de la Ciudad y remitidas al Parlamento en abril pasado, apuntan a modernizar el Código de Planeamiento Urbano que data de 1977 y establece dónde, cuánto y con qué criterios se debe construir en el distrito.
En tanto, el Código de Edificación databa de 1943 y fijaba cómo y con qué materiales debían hacerse las nuevas obras.
En el caso del Código Urbanístico, se redujeron de 27 a seis la cantidad de alturas permitidas para las futuras edificaciones en cada barrio, con el propósito de «homogeneizar» los niveles de las construcciones a partir de un rango que va de los 9 y 10,5 metros, principalmente en pasajes y calles, hasta los 38 metros en zonas de grandes corredores, como las avenidas Del Libertador y 9 de Julio.
También quedó instituida una «mixtura de usos» de los suelos en los barrios, que habilita una combinación en una misma zona de distintas actividades -como áreas comerciales, viviendas y servicios sociales- lo que marca una diferencia con la antigua norma, que contenía sectores específicos para cada función, como residenciales o industriales.
Asimismo, el nuevo código aplica criterios de sustentabilidad para las futuras construcciones, como la exigencia de que cuenten con «terrazas verdes» o «techos blancos» que absorban el calor en épocas de alta temperatura y la prevención de inundaciones a través de la recolección y uso del agua de lluvia.
El Código de Edificación, en tanto, fija nuevos materiales y sistemas de construcción que son considerados «más eficientes» para las obras, y deja establecidas las subdivisiones en los ambientes de los departamentos para «mejorar los espacios».
En ese punto, abrió la chance de los denominados «microambientes» de 18 metros cuadrados, que generó fuertes críticas de parte de asociaciones de personas con discapacidad o movilidad reducida por los inconvenientes que les causaría para su desplazamiento.
Por ello, se dispuso que no podrán existir edificios enteros con ese tipo de «microdepartamentos», sino que «sólo la mitad de las unidades estarán autorizadas a contar con esa métrica».
Por otra parte, habrá nuevos modelos de arquitectura inclusiva, ya que los nuevos bares y restaurantes podrán tener baños unisex o incorporar dispositivos para el cambio de pañales de los bebés en baños masculinos.
Fuente: Ámbito Financiero